La atención es un proceso cognitivo que nos informa sobre la concentración y la capacidad de una persona para procesar activamente información específica. Se basa en una metodología desarrollada por un grupo de científicos de SWPS y la Universidad de Clemson que logró crear un coeficiente K. Este parámetro utiliza parámetros del movimiento ocular (duración de la fijación y amplitud de la sacada) para definir la trayectoria de la dinámica de atención de una persona examinada. La codificación facial le permite rastrear las emociones en los rostros de los participantes. Se basa en una metodología desarrollada por Carl-Herman Hjortsjö y adoptada en 1972 por Paul Ekman y Wallace V. Friesen para interpretar estados emocionales mediante movimientos de los músculos faciales (FACS). Ahora, la visión por computadora respaldada con algoritmos de inteligencia artificial nos permite analizar las emociones de las personas en línea.
Hubo muchos intentos de crear un indicador de atención visual dinámico, finalmente un grupo de científicos de SWPS y la Universidad de Clemson (a quienes tuvimos el placer de conocer y trabajar con ellos) lograron crear un coeficiente K. Este parámetro utiliza parámetros del movimiento ocular (duración de la fijación y amplitud de la sacada) para definir la trayectoria de la dinámica de atención de una persona examinada.
En la investigación del seguimiento ocular, podemos distinguir dos tipos generales de atención visual: ambiental y focal. La atención ambiental indica un patrón de exploración de los estímulos (típico de las primeras etapas de la percepción de la escena), caracterizado por fijaciones de corta duración seguidas de largas sacudidas. Por otro lado, las fijaciones más largas seguidas de movimientos sacádicos más cortos son indicativos de atención focalizada. Cuanto más focalizado es el procesamiento de los estímulos, más profunda es la atención que se presta, lo que puede significar que alguien está procesando activamente la información.
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